Si bien es cierto que la medicina tradicional ha aportado muy buenas soluciones para paliar los efectos de un gran número de enfermedades, también es verdad que nos ha dejado fármacos con un alto grado de efectos secundarios. Este es el pretexto por el que muchos ciudadanos con diferentes patologías encuentran respuesta en el CBD y el cannabis como “medicina paliativa de dolor”.
Así es: la respuesta radica en el CBD, uno de los más de cien compuestos que conforman la planta Cannabis Sativa. El cannabidiol o CBD, un compuesto natural que se encuentra en la flor resinosa del cannabis. Se trata de una sustancia no psicoactiva o psicotrópica que se puede extraer y conservar de muy diversas maneras y que tiene un potencial terapéutico enorme. Tanto es así que, en la actualidad se utiliza como una alternativa a los fármacos tradicionales.
En el panorama actual, los investigadores tratan de dilucidar sus propiedades y su capacidad para mejorar síntomas de diversas enfermedades. Sin embargo, y según una gran cantidad de estudios clínicos, se ha podido comprobar su gran valor o potencial o terapéutico para patologías como el dolor crónico. Son ejemplo de ello la fibromialgia, desórdenes cardiovasculares, las enfermedades inflamatorias autoinmunes y crónicas (como la artritis), una gran diversidad de cánceres, la ansiedad, el estrés o la depresión. Y, lo que es también muy importante: diversos trastornos neurológicos y neuropsiquiátricos. Es sabido, también, que la planta de cannabis o cáñamo puede contribuir a la salud de pacientes que sufren convulsiones y fuertes dolores. ¿Cómo usar, entonces, el CBD en beneficio propio y sin incurrir en efectos negativos?
Una sustancia paliativa del dolor
Antes de exponer con más detalle cómo funciona este compuesto natural hay que ser consciente de que el CBD está estrechamente relacionado con otro fitocannabinoide medicinalmente activo importante: el tetrahidrocannabinol (THC). Lo cierto es que, aunque diversas propiedades provengan de una misma planta, el THC es el compuesto psicotrópico predominante. A diferencia de éste, como hemos dicho, el CBD no tiene efectos psicoactivos. Esa es, a grandes rasgos, la diferencia más significativa, y es que ambos compuestos actúan de diferentes maneras en el sistema endocannabinoide y en diferentes receptores en el cerebro y el cuerpo.
Si bien es cierto que el CBD tiene unas altísimas propiedades medicinales y es la sustancia recomendada para las diversas patologías que sufre el ser humano, ambos poseen un valor terapéutico muy significativo, que se potencia cuando “trabajan” juntos. Este efecto se produce cuando CBD y THC se aúnan y nos proporcionan una sinergia pura entre las diversas propiedades de ambos compuestos.
Beneficios y propiedades del CBD
Tal y como hemos explicado en los párrafos anteriores, este medicamento que se sustrae de la planta Cannabis Sativa contiene una dosis de THC prácticamente nula, por lo que no ocasiona los efectos secundarios que se pueden observar con su consumo. Lo que sí está probado es el hecho de que, cuando se consume CBD, se experimenta una sensación de calma que alivia diversas dolencias.
Así pues, como hemos podido observar, el CBD se emplea para tratar síntomas de enfermedades neurológicas o neuropsiquiátricas como la esclerosis múltiple, el alzhéimer, el párkinson o la esquizofrenia. Su consumo medicinal (siempre bajo estricta vigilancia médica), induce a la muerte de células malignas, inhibiendo el dolor. Por el momento no se conocen todas sus cualidades; sin embargo, hay evidencia de propiedades analgésicas, antiinflamatorias, ansiolíticas, antitumorales, anticonvulsionantes, antipsicóticas, y neuroprotectoras.
Veamos su fórmula y sus propiedades:
- Fórmula: C21H30O2
- Solubilidad en agua: etanol, formamida mg/mL (20 °C)
- Peso mol.: 314.4636
- ChemSpider: 24593618
- P. de fusión: 66 °C (151 °F)
Posiblemente, con estos “simples” datos nos quedemos igual, pero vayamos más allá. Según numerosos estudios, la proporción “perfecta” de CBD dependerá de la tolerancia del paciente a los efectos. Así pues, la dosis óptima de remedio rico en CBD siempre se recomienda que sea baja y en pequeñas cantidades. Una vez observes los efectos, podrás empezar a ajustar la proporción más adecuada para ti, optimizando así su uso terapéutico.
Distintas formas de consumo
Normalmente, el uso más común de esta sustancia es en forma de aceite. Sin embargo, y a raíz de una de las enfermedades por las que se ha testado más (la epilepsia), algunos laboratorios han desarrollado otras presentaciones para atender problemas relacionados con el dolor en las articulaciones, o los dolores neuronales.
En el mercado, entonces, podemos encontrar estas distintas formas de CBD:
- Aceite CBD. Se usa como complemento o suplemento alimenticio, remedio tópico o tratamiento farmacológico. Su uso correcto es por toma sublingual, es decir: ‘por debajo de la lengua’ para que, poco a poco, absorba.
- Cremas de CBD. Suelen ser combinaciones de cannabidol, romero y árnica, y su forma correcta de uso es aplicándolas de forma tópica.
- Suplementos. Son pastillas, cápsulas y cápsulas de gel, tinturas (los ingredientes activos del cannabis se disuelven en alcohol u otro solvente), etc. Su efecto, dosis y duración son similares a los de los comestibles.
- Comestibles. Estos últimos son alimentos o productos cocinados con aceite de cannabis, mantequilla o ghee y bebidas como tés o jugos. Como con los demás productos, es altamente recomendable que se consulte su uso (y su ingesta) con un profesional.